Esta
película del director Bertrand Travernier, refleja el drama social que tenía
que vivir todos los días Daniel Lefebvre, un director de una escuela infantil,
con mucha vocación por su profesión, la cual desarrolla en el norte de Francia,
una zona castigada por la crisis de la minería.
Se enfrenta a los duros retos que se le
presentan como; la falta de recursos de las familias, la poca importancia que
los padres dan a la escuela… pero sobretodo lucha contra la burocracia de las
administraciones públicas que muestran una actitud pasiva y de poca
colaboración ante los problemas dejando la solución en manos de “otros”.
Se implica
mucho en la lucha, más de lo que le compete a su profesión, muestra siempre una
actitud energía ante los contratiempos. Intenta solucionar todos los problemas
que aparecen no solo en la escuela sino también en lo referente a la vida
personal de las familias de sus alumnos. Cuenta con la ayuda de Valeria, su
pareja que tiene un hijo, y de Samia, un asistente social que al igual que
Daniel se compromete con los problemas de su entorno social.
Pretende
conseguir que todos sus alumnos tengan atención sanitaria, alimentos,
calefacción y sobretodo un digno hogar en el que se les quiera.Una
profesora que aparece en la película, se queja de que antiguamente había más
niños por aula pero era más fácil educarles porque iban con los materiales a
clase, limpios…y ahora con menos niños no es así.
La película
muestra la oposición que existe entre la actitud tierna y cariñosa de los niños
y la realidad de paro, alcoholismo y pobreza que vive la sociedad.Daniel
utiliza tácticas para involucrar a los padres en el desarrollo y aprendizaje de
sus hijos, por ejemplo cuando pide a un padre de una alumna que explique su
profesión a los niños, de esta manera el padre se muestra orgulloso de su
profesión, su hija orgullosa de él y los demás niños aprenden.
Es una “denuncia” a la sociedad, una llamada
de atención a los problemas que existían, y que por desgracia, existen todavía
en algunas zonas, pero a la vez es una
demostración de lo sacrificada que puede llegar a ser la profesión de profesor. Se muestran muchos casos de maltrato al niño
por parte de sus padres tanto físico como psicológico. Daniel intenta
solucionar estas situaciones aunque no siempre lo consigue.
Me ha
parecido muy bien ver esta película ya que creo que todos los que se quieran
dedicar o se dediquen a la docencia deberían ver, puesto que en ella aparece,
en mi opinión, lo que debería ser un buen profesor, una persona implicada en su
labor que además de transmitir conocimientos y valores se preocupe por el
bienestar personal de sus alumnos. Para enseñar hay que querer enseñar. Debemos
ser conscientes de la importancia que tienen los primeros años en la vida de
una persona. Es esencial saber lo importante que es el coraje, la imaginación y
la entrega en la educación.
Cuando sea
profesora, me gustaría actuar tan bien como lo hace Daniel y ojala también
actuaran así todos los profesores.
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